Alexis Ortiz / Crónicas desde Miami / Especial para “elNuevo Herald” de Miami…
El colonialismo inglés, voraz y arbitrario, dejó heridas en Asia, Africa, Medio Oriente e Hispanoamérica, que aún no se cierran. Por eso Inglaterra fue conocida como la “Pérfida Albión”.
Los ingleses cumplieron un papel positivo en la independencia de Venezuela, pero su afán imperialista nos legó una calamidad, el arrebatón de un gran trozo de territorio en nuestra frontera sur-este, la del río Esequibo.
Hoy ese expansionismo colonial británico, nos tiene complicados en un caso de diferendo de límites con Guyana, que al liberarse del Reino Unido heredó el problema con nuestro país.
Amparado en el principio del Uti possideti iuris, el primero en afirmar la soberanía de tierras que hoy Guyana usurpa, fue el propio libertador Simón Bolívar. Esa línea la han continuado nuestros gobernantes, incluso los dictadores. Y en 1966 la Democracia Civil afirmó los títulos venezolanos en el Esequibo, con el inteligente Acuerdo de Ginebra.
El primer mandatario Venezolano que renunció, por orden de su jefe Fidel Castro, a defender nuestro derecho en la zona del Esequibo, fue el teniente coronel golpista Hugo Chávez (con la complicidad de su ministro Nicolás Maduro).
Además, la narcodictadura castrochavista en la Corte Internacional de Justicia, ONU y otras entidades, ha sido negligente en la defensa de nuestra reclamación territorial.
Pero ahora la narcodictadura, abochornada y desconcertada por el éxito de las Elecciones Primarias opositoras, y por el clamoroso triunfo de María Corina Machado, para salvar la cara ante sus seguidores y rescatar un mendrugo de popularidad, apelan a un falso nacionalismo con un amago de consulta (referendo) sobre el Esequibo.
El referendo es innecesario porque en Venezuela, si exceptuamos a Chávez y Maduro, nadie tiene dudas que el Esequibo es nuestro.
Y los amagos guerreristas de Maduro pueden llevarnos al repudio del mundo…
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