(Teatro al modo bufo de Tarek)
Para “El Nuevo Herald de Miami
ACTO I
Palacio de Miraflores. Caracas. Despacho del dictador Marcos Evangelista Pérez Jimenez. 22 de enero de 1958.
Arriba el general-ministro Llovera Páez:
Marcos tenemos que irnos, esto se acabó…
¿Qué se acabó? Tu eres pendejo. Este es nuestro gobierno y tenemos que defendernos.
Marcos se acabó. Ya no tenemos respaldo cívico y el militar es muy dudoso. Vámonos. No olvides que pescuezo no retoña.
En la madrugada del día siguiente, en el avión “La Vaca Sagrada”, aterrizaba el tirano con su familia e íntimos, en Ciudad Trujillo, República Dominicana.
Pronto se dieron cuenta que no era seguro ser huéspedes de Rafael Leonidas Chapita Trujillo y arrancaron para España.
ACTO II
1971. Marcos Pérez Jiménez (MPJ) vive en Madrid. Su gran pana Pedro Estrada prefiere París. Al igual que el argentino Perón, MPJ ha vivido un exilio millonario bajo la protección del dictador Francisco Franco Bahamonde. El astuto gallego sólo les exige que sean cuidadosos, que no le perturben su necesidad de buenas relaciones con los gobiernos de Argentina y Venezuela.
Como corresponsal de la revista venezolana “SEMANA” (ya desaparecida), entrevisté dos veces a Pérez Jiménez en su residencia madrileña de la Plaza Ruben Darío. De esas conversaciones tengo remotos recuerdos de afirmaciones de MPJ:
“Llovera tenía razón, hay que reconocer cuando llega el final”… “A diferencia de Trujillo, Franco es un hombre serio. En él se puede confiar”.
Y una frase de mi mujer para entonces, la bella norteamericana Vicky Craig: No entiendo cómo pudo ese señor ser presidente de Venezuela.
ACTO III
2024. Palacio de Miraflores. Caracas. Despacho del narcodéspota Nicolás Maduro Moros. Irrumpe con evidentes signos de trasnocho el ministro-policía Diosdado:
Nosotros no podemos entregar el gobierno. Eso si no, tenemos que llevarnos por delante a quien sea. Poner presa a esa carajita María Corina pa´que se acabe la vaina.
Tercia la primera combatiente Cilia: Yo creo que hay que irse
¿Para dónde nos vamos? Ataja trémulo el Criminal en Jefe Padrino.
El caparatones Rodríguez toma la palabra para insistir:
Es vital otra “buena” negociación para salir lo mejor parados posible.
Entonces el grandulón Maduro, con voz de oráculo concluyente dice:
No podemos decidir nada sin escuchar a Cuba, a Rusia y China y desde luego a los persas y Zapatero.
Ellos son nuestros protectores…
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