Por Alexis Ortiz
Crónicas desde Miami / Especial para “elNuevo Herald” de Miami…
Pedro Sánchez, presidente del gobierno español sin ganar elecciones, impresionó a todos al recibir unas maletas full de dólares que le llevó la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, dicen prensa y redes que con destino a una empresa favorecida por su esposa Begoña Gómez.
Sánchez es un modelo de político maniobrero, para el cual la astucia releva a la ética, la mentira es una necesidad fisiológica y acaparar el poder una obsesión viciosa.
El escogió como maestro a Rodríguez Zapatero, gobernante español fracasado y agente de negocios de Nicolás Maduro, Evo Morales, Daniel Ortega, Díaz Canel y Lula Da Silva.
Rechazó y fue rechazado por el líder histórico del socialismo peninsular, Felipe González, uno de los rutilantes protagonistas de la paradigmática transición española hacia la Democracia. Junto al rey Juan Carlos Primero, Adolfo Suárez, Fernández Miranda, Fraga Iribarne, Santiago Carrillo…
Sánchez para atornillarse en el poder ha desatado la ola de corrupción más escandalosa de la historia de España. Además de su esposa, en esa trama están involucrados los más íntimos colaboradores de su gobierno, ministros, parlamentarios, empresarios, periodistas y amigos: María de Jesús Montero, José Luis Abalos, Salvador Illa, Koldo García, Francine Armengol, Angel Torres, Víctor Aldama, Juan Carlos Cuento…
Y además su gobierno ha colonizado instituciones como el Tribunal Constitucional, la Fiscalía, Televisión Española, una parte significativa de los medios de comunicación, periodistas y el sindicalismo, mientras que cada vez más arruina el prestigio y el calado electoral del Partido Socialista Obrero Español.
Y lo más triste es que para sostener la mayoría precaria de su gobierno llamado Frankestein, se ha entregado sin pudor a los fanáticos separatistas, catalanes y vascos, que quieren romper a España.
Sin duda: Sánchez es una calamidad.
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