Alexis Ortiz / Crónicas desde Miami / Especial para “elNuevo Herald” de Miami…
Ecuador, en el mero centro de la mitad del medio del planeta, resplandece como país diverso y amable:
Testigo histórico de la valiosa civilización inca, ofrece hoy una agricultura, comercio, industria y laboriosidad social, de visible dinamismo.
Es serrana-volcánica, amazónica, marina, insular mágica en las Galápagos, petrolera y sobre todo democrática, a pesar de la permanente conjura de los jurásicos.
En medio de la odiosa crisis actual, nos interesa destacar cuatro registros:
La eficiencia gerencial del presidente Guillermo Lasso, con logros en educación, salud, combate a la criminalidad, respeto a la Fuerza Armada, Policía y rescate de la economía, todo junto a su impericia política que le ha permitido al vandalismo parlamentario y pseudo indigenista, maltratar la convivencia ciudadana.
El descaro y corrupción del expresidente autoritario Rafael Correa, que a través de la sumisión de sus agresivos seguidores, se proyecta en el tiempo como un perturbador que lastima la convivencia democrática y el desarrollo de Ecuador.
El protagonismo de unos abusivos e ilegítimos caudillos de pueblos originarios, como ese tal señor Iza, siempre dispuestos a la violencia, el terrorismo y al intento de asustar y desmovilizar a la gente decente.
Y obvio, las posturas acomodaticias, pusilánimes, deshonestas y hasta golpistas, de dirigentes de derecha e izquierda, más pendientes de sus negocios ruines o posiciones de poder, que del interés global y porvenir de la nación.
Especial mención merece como los social cristianos imitadores o temerosos de Correa, han hundido a su partido. Así quedan en deuda con la historia figuras como Jaime Nebot, Cyntia Viteri, Esteban Torres, Jan Topic…
Pero Ecuador se empinará. Es un país con reserva institucional, líderes como el presidente Lasso y Fernando Villavicencio, que aprenden de sus errores y con unos habitantes que maduran en Democracia.
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