Alexis Ortiz / Crónicas desde Miami / Especial para “elNuevo Herald” de Miami…
El auge de la opción presidencial de María Corina Machado dentro y fuera de Venezuela, después de su clamoroso triunfo en las Elecciones Primarias de la oposición democrática, ha hundido a la narcodictadura castrochavista en la confusión y la rabia.
Hasta para reprimir son tan torpes, que ya han creado un inocultable malestar entre los militares decentes y en los dirigentes de base del propio partido oficialista (PSUV). .
Además de agitar la indignación popular contra sus atropellos y producir un creciente rechazo entre los gobiernos democráticos del planeta.
Y la mayor prueba de su desconcierto y debilidad es el grosero acoso a María Corina Machado:
Comenzó cuando hace unos años el esbirro de los cubanos Diosdado Cabello, pagó a una malandra para que golpeara a María Corina, en pleno hemiciclo de la Asamblea Nacional.
Siguió con el ilegal arrebatón a la diputación que le concedió el pueblo.
Luego vinieron las dos inhabilitaciones, abiertos zarpazos a la Constitución Nacional.
Y después del arrase de ella en las Primarias, vemos como le encarcelan a su dirigentes nacionales, regionales y locales (en este momento hay varios presos y otros desaparecidos).
La persecución sigue al impedirle el uso del transporte público (aviones, autobuses, taxis…); en las carreteras puede pasar las alcabalas gracias a la presión de la gente de los alrededores; le quitan los servicios de agua, luz y aseo urbano a sus oficinas (incluso depositan basura pestilente frente a ellas); cierran cualquier empresa (sonido, alimentos, autos…) que el comando de María Corina contrate; agreden físicamente a activistas y seguidores; bloquean el acceso a sus sitios de trabajo a los trabajadores de la campaña; prohiben a la radio, tv y prensa cualquier mención a su candidatura; la insultan y descalifican con descaro; no la dejan salir del país…
Pero con sus arteras agresiones la narcodictadura lo que logra es más rechazo. Ellos no saben ya qué hacer con la líder legítima de los venezolanos. Están perdidos en su laberinto.
A María Corina no la pueden asustar, comprar ni mucho menos chantajear, porque no tiene rabo de paja.
En ella se puede confiar. No es una llorona aposentada en el victimismo. Es una guerrera civil. Con ella los venezolanos podemos llegar !Hasta el Final!
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