En el año de gracia de 1958, después del derrocamiento del dictador Pérez Jiménez, en Punto Fijo, la residencia de Rafael Caldera, los padres refundadores de la Democracia, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Caldera, con sus partidos AD, URD y Copei, sellaron el histórico Pacto de Punto Fijo.
Ese acuerdo los comprometía a defender la institucionalidad, respetar los resultados electorales, gobernar la transición juntos y desarrollar un programa de gobierno común.
El Pacto fue satanizado por el teniente coronel golpista Hugo Chávez, pero gracias a Punto Fijo la nación vivió el período más provechoso y civilizado en sus anales, la Democracia Civil (1958-98).